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martes, 21 de octubre de 2008

La respuesta, mi amigo, esta en...


How many roads must a man walk down...


Before you call him a man?


The answer my friend... is blowin' in the wind...

De la vida...

Solo trata de observar, a veces todo esta en la observación, de ahí puedes sacar tus propias conclusiones, y verlo todo de diferente forma, no es cuestión de rebeldía, como le llama la gente de abolengo, que ni por mas tiempo que hayan pasado aquí pueden apreciar de la misma manera las cosas que nosotros apreciamos, como desvelarse fumando un churro de mota con gente que apenas si sabes sus nombres, riendo a carcajadas y llorando después, por lo miserable que somos. Apreciar las cosas son de niños, mirar cada detalle, como se mueve, por donde sale, como cambia, es de niños y de idiotas idolatrados por aquellos adultos que desean y no hacen nada por seguirlos, como yo (a quien quiero engañar), desde hace horas moría por un poco de helado y galletas y termine escribiendo; pero cuando te ganan otras cosas, cuando ya no puedes depender de tu cuerpo ni de tu mente, a causa de amor, drogas o alcohol; no es tu culpa de que dejes de escribir para disfrutar de una canción, de una escena, de una poesía, un poema, una frase... y te detengas a apreciarlas, porque no es tu culpa, es culpa de un momento que tienes que reconocer y darle su tiempo, porque es resultado, a veces, de las casualidades y no de las intenciones, de eso depende la intensidad. Así que disculpen por esta ocasión y me apelo a escuchar las baladas de la vida y de la muerte, de los momentos de un pájaro en el agua y de la niña que llora por su perdida, de esa voz que atrapa e hipnotiza, de los momentos llorosos, sádicos y tristes, de la lluvia frente a mi ventana, de los vuelos y de las declaraciones, de las cartas y escritos, de las interpretaciones quirománticas de una desconocida Marissa Nadler y de un buen trago, amargo para mi fortuna.

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